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Contaminantes

Con más de cincuenta años contribuyendo a la alimentación animal, la harina de pescado y el aceite de pescado son ingredientes muy conocidos que se fabrican a partir de materias primas procedentes del entorno natural. Son recursos naturales procedentes de todo el mundo, por lo que a veces pueden estar expuestos a contaminantes naturales de diversos tipos que pueden estar en el suelo, el agua o el aire. La actividad humana es la principal fuente de esta contaminación, que suele terminar en el mar.

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Existen marcos normativos en múltiples niveles, tanto nacionales como internacionales (por ejemplo, la EFSA para los alimentos destinados al consumo humano directo y el CODEX alimentarius para los alimentos balanceados para animales destinados a la producción de alimentos). Cabe resaltar que estas normas siguen desarrollándose en función del estado de la ciencia, a medida que aumenta nuestra comprensión de las amenazas y mejora nuestra capacidad para medirlas. En el caso de algunos contaminantes, el cuerpo científico está creciendo, pero aún se encuentra en su relativa infancia. Es esencial seguir apoyando la investigación científica de alta calidad para respaldar las decisiones políticas de los gobiernos nacionales y cualquier futura regulación o gestión en este campo:

 

  • Las sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS) son un grupo de agentes químicos que se encuentran en una variedad de productos de uso cotidiano como envases, utensilios de cocina, ropa y refrigerantes. En enero de 2023, la Comisión Europea introdujo niveles máximos (NM) de PFAS en una serie de alimentos (huevos, pescado, leche y productos de carne). En la actualidad, no existen NM para alimentos balanceados ni para ingredientes de alimentos balanceados, aunque es probable que ocurra más adelante. El conocimiento científico actual y las metodologías técnicas necesarias para analizar las PFAS en las concentraciones muy bajas que se encuentran en los alimentos son un avance muy reciente. En 2022, el Instituto Noruego de Investigación Marina publicó su informe técnico sobre contaminantes en salmón, trucha arco iris, bacalao y trucha ártica de piscifactoría con valores promedio de 0 μg/kg.
  • El desafío de los microplásticos (y los nanoplásticos) es global y afecta a toda la cadena de suministro de productos del mar. En esta etapa, sabemos que los plásticos y microplásticos son ingeridos por la vida marina. Lo que no sabemos es el nivel de riesgo asociado a la ingestión para el consumidor de productos del mar que pueden contener plásticos o microplásticos. Este campo es otro que se ve obstaculizado por la falta de una metodología de análisis común.
  • El cadmio constituye aproximadamente 0.1 mg/kg de la superficie terrestre y puede encontrarse en nuestro entorno y en los alimentos. Aunque el cadmio se considera un metal pesado tóxico para los organismos terrestres, presenta una distribución de tipo nutritivo en el océano, con un ciclo interno en el océano controlado por la actividad biológica. Los estudios de campo sobre las concentraciones de cadmio en organismos marinos han demostrado claramente que algunas especies acumulan niveles más altos de cadmio que otras y que el metal pesado suele concentrarse más en las vísceras que en la carne.
  • Las dioxinas y los compuestos similares a las dioxinas son un grupo de compuestos químicos sintéticos. Debido a su gran estabilidad, las dioxinas tienden a bioacumularse y biomagnificarse en diversos organismos acuáticos. La fuente directa más importante de dioxinas para el medio acuático y marino es la deposición de dioxinas en partículas suspendidas en el aire. Los reglamentos de la UE de septiembre de 2012 establecen medidas de vigilancia y control de las dioxinas en grasas y aceites. Los aceites de pescado que contienen niveles más altos de dioxinas se tratan con carbón activado u otros métodos para reducir el contenido de dioxinas antes de que puedan utilizarse en alimentos balanceados o alimentos.
  • El plomo se produce en el medio ambiente de forma natural y, en mayor medida, como resultado de actividades antropogénicas como la minería y la fundición, la fabricación de baterías y el uso de combustible con plomo (gasolina). El plomo (Pb), otro metal pesado muy conocido, está presente en la superficie terrestre en diversas formas. La contaminación de alimentos por plomo procede principalmente del medio ambiente o del procesado de los alimentos. Si bien existe en formas orgánicas e inorgánicas, solo se ha detectado plomo inorgánico en los alimentos.